El rafting es una práctica deportiva emocionante, excitante, «muy mojada» pero increíblemente divertida. Sin embargo, como con todos los deportes de aventura, existen algunos riesgos. Ese riesgo contribuye también a la emoción, y es una de las razones por las que tanto se disfruta de este deporte. Los guías que acompañan a los escolares están capacitados para minimizar y gestionar los riesgos, y, estadísticamente, se está más seguro en una balsa que en un coche.