Todos sabemos que a los niños y jóvenes les encanta alejarse un día de la escuela para realizar una excursión con sus compañeros.
Y una excursión a Combarro puede ser la ocasión ideal para combinar el paseo con el conocimiento en directo de las antiguas tradiciones y formas de vida de la gente de Galicia.
Los hórreos son antiguas estructuras de piedra para el almacenamiento de la cosecha, diseminados por toda Galicia. Y el pueblo donde existen más hórreos por metro cuadrado es, precisamente, Combarro.
En esta localidad se mantienen todavía unos 30 hórreos, y su particularidad es que muchos de ellos se encuentran sobre la costa. También las pequeñas casas marineras levantadas, en muchos casos sobre la roca granítica, aportan su pintoresquismo, haciendo de Combarro un lugar con especial encanto, que fue declarado Conjunto de Interés Artístico y Pintoresco en el año 1972.
Una excursión a Combarro permitirá a los estudiantes conocer «en vivo y en directo» muchas cosas que, enseñadas en las aulas, pueden parecer abstractas.
Beneficiadas por la protección de las rías, a diferencia de otros litorales expuestos a mar abierto, las robustas casas de piedra de los pescadores de Combarro funcionaban como vivienda y como resguardo para los botes y los aparejos de pesca. La ubicación de los hórreos frente al mar, por su parte, se debe a que las la mercancías que se recolectaban para secar y almacenar en ellos tiempo atrás, eran trasladadas por vía marítima, facilitando así el acceso a los mismos.
Este pequeño pueblo de unos 1500 habitantes es un viaje en el tiempo para conocer como se vivía en las villas marineras gallegas, en el siglo pasado. En su casco antiguo con sólo dos calles principales, se puede disfrutar un ambiente único, con sus estrechas callejuelas, muchas de ellas finalizando en el mar, su Monasterio de San Juan de Poio y numerosos cruceros.
Y si a todo esto le sumamos el antiguo puerto y las playa de Ouriceira y de Raxó, Combarro es sin duda el protagonista de una excursión que los escolares no olvidarán.
